Uno de los más difíciles


Hace un año Melbourne deparó la carrera más accidentada de la temporada. Si 22 coches tomaron la salida en la parrilla de Albert Park, sólo siete de ellos cruzaron la meta.

La primera curva de la carrera dejó fuera a Webber, Button, Davidson, Vettel y Fisichella. El rapidísimo inicio y las ansias por ganar puestos hicieron que los pilotos chocaran a las primeras de cambio.

Lewis Hamilton dominó la carrera prácticamente desde el principio y logró encaramarse a lo más alto del podio. El británico estuvo flanqueado por Nick Heidfeld (BMW) y Nico Rosberg (Williams Toyota) en el podio australiano.

Fernando Alonso firmó una de las remontadas más memorables que se le recuerda y acabó en la cuarta posición. Los entrenamientos del sábado le habían colocado en la undécima posición, detrás de Barrichello y delante de Jenson Button.

El paso de las vueltas fue allanando la carrera para el asturiano. Abandonos, equivocaciones y la maestría del español provocaron que se quedara muy cerca del podio en la primera carrera del mundial 2008. Diversos problemas técnicos provocaron que ninguno de los Ferrari pudieran acabar la carrera.

La dificultad del circuito australiano requiere una concentración que, a principio de temporada, puede costar encontrar. Por esta razón, el coche de seguridad tuvo que salir en tres ocasiones durante las 58 vueltas y favoreció a algunos pilotos.

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